a) Explorar aplicaciones tecnológicas poco desarrolladas en México como los juicios o juzgados completamente en línea para la resolución de procesos sencillos no contenciosos o las plataformas que ayuden a los usuarios a auto representarse y a evitar, cuando sea posible la judicialización de sus conflictos.

b) Planear los procesos de digitalización de la impartición de justicia. No se trata de replicar digitalmente lo que se hacía en papel o presencialmente, se trata de pensar cómo mejorar los procesos para hacerlo más accesibles a las y los usuarios.

c) Involucrar a las y los usuarios en el proceso de desarrollo de herramientas tecnológicas para identificar sus necesidades y tomar en cuenta sus puntos de vista.

a) Establecer reglas claras mediante la adopción de protocolos para el uso de las herramientas digitales.

b) Informar y capacitar a los usuarios tanto internos como externos para el uso de las herramientas desarrolladas.

c) Aprovechar el contexto de la contingencia sanitaria para superar las resistencias internas y externas.

d) Evaluar el impacto de las herramientas implementadas y mejorarlas.

a) La Justicia digital no debe sacrificar la transparencia y publicidad.

b) El uso de herramientas en la impartición de justicia debe permitir eficientarla sin deshumanizarla.